Definir una meta de inversión ayuda a dirigir los esfuerzos hacía lo que queremos lograr. Al visualizar un objetivo concreto, tienes un incentivo mayor para alcanzarlo. Por otro lado, nos permite estructurar nuestras inversiones en diferentes objetivos, y asociar cada uno de éstos a un portafolio de inversión adecuado.
De todas formas, no es obligación invertir con meta. En caso de que no tengas una meta especifica puedes invertir en propósitos generales.