La inversión sostenible consiste en reconocer que las empresas que resuelven los mayores desafíos a los que se enfrenta la humanidad podrían estar mejor posicionadas para crecer. Por lo tanto, este tipo de inversión ofrece la oportunidad de generar un impacto positivo en la sociedad a la vez que se obtiene rentabilidad.
Un portafolio sustentable se va a componer de distintos fondos/ETFs que permitan realizar una inversión diversificada en empresas con prácticas empresariales medioambientales, sociales y de gobernanza favorables. A la vez que se abstienen de invertir en empresas de industrias como tabaco, alcohol, armas, combustibles fósiles, apuestas, entre otros.